Cualquier persona interesada en el desarrollo económico de Latinoamérica debería leer el artículo de John H. Coatsworth Estructuras, dotaciones e instituciones en la historia económica de Latinoamérica. Está disponible en español, en la revista Araucaria.
El artículo es excepcional por dos motivos. Primero porque, en un terreno abonado para el enfrentamiento ideológico, se atiene puntualmente a una serie de estimaciones económicas históricas suficientemente fiables para describir la evolución de la región. Y en segundo lugar, porque recupera algunas de las aportaciones fundamentales de la economía política en la historia económica de Latinoamérica, destacando el papel de los economistas del CEPAL y la escuela “dependentista”.
Las estimaciones históricas dibujan un panorama que a veces dista bastante de los lugares comunes compartidos sobre la región:
- Las colonias españolas y portuguesas obtuvieron niveles de ingresos per capita equivalentes a los de las colonias británicas hasta bien entrado el Siglo XVIII.
- Después de las guerras de independencia en 1810 apenas se observó crecimiento económico en la mayor parte de Latinoamérica a lo largo de medio siglo.
- Desde 1870 las ocho economías principales de Latinoamérica han crecido a una tasa equivalente a la de Estados Unidos en su conjunto.
- A lo largo del Siglo XX la expectativa de vida aumentó en Latinoamérica hasta más de 70 años y la mortalidad infantil disminuyó de forma parecida.
- “Latinoamérica fue la región más proteccionista en todo el mundo desde que disponemos de datos, es decir, mediado el Siglo Diecinueve”.
- “En los veinticinco años de Consenso de Washington, las economías latinoamericanas han experimentado el peor cuarto de siglo desde el catastrófico segundo cuarto del Siglo Diecinueve”.
La contrapartida de estos indicadores es que Latinoamérica constituye la región más desigual en el mundo. Al mismo tiempo que a lo largo de la historia aumentaban los estándares de vida y los indicadores de bienestar, también aumentó la concentración de la riqueza y del poder político. Esto ha contribuido al retraso relativo de la región y al mantenimiento de tasas de pobreza excepcionalmente altas.
Este es el contexto en el que “la economía política del fracaso económico ha renacido como una preocupación central de los historiadores de la economía de Latinoamérica”. Las instituciones políticas parecen haber servido a los intereses de las elites, condicionando en consecuencia el desarrollo económico. La desigualdad va de la mano con las instituciones que inhiben el desempeño económico.
Pero mejor que glosar a Coatsworth, es sin lugar a dudas mucho más interesante leerlo. Pues eso.