sábado, diciembre 30, 2006

Migración y desarrollo

En Silicon Valley hay un amplio colectivo indio en el sector de la informática. Una parte de estos profesionales tiene un papel muy activo en proyectos de inversión en su país de origen, reclutando a compatriotas para sus negocios, o financiando becas de estudio e iniciativas de cooperación al desarrollo. Un caso similar es el de la comunidad china en Vancouver y en otras regiones de Canadá y Estados Unidos.

Hace unos meses me encargué de la reseña de un libro sobre el papel de la diáspora china e india en el desarrollo de sus países de origen, a través de iniciativas de carácter filantrópico.

Este es un fragmento de mi comentario (traducción libre):

"La cooperación al desarrollo se ha propuesto a veces como una alternativa a la migración internacional. La base del argumento es que al contrarrestar los factores de expulsión en los países de origen se previenen las causas de la emigración. La idea consiste en evitar el desplazamiento forzado o involuntario.

Sin embargo, este argumento parece obviar el impacto de la inmigración en el desarrollo, e implícitamente transmite una imagen negativa sobre la movilidad humana. En algunos casos, las remesas que envían los inmigrantes internacionales a los países en desarrollo de los que provienen duplica la cantidad recibida en términos de cooperación al desarrollo. De hecho, para muchos de estos países la contribución neta de las transferencias de divisas de los inmigrantes está entre sus principales fuentes de ingresos. Según la Organización Internacional para las Migraciones las remesas de inmigrantes a países en desarrollo supuso más de 72 billones de dólares en el año 2001. Esta cantidad supone bastante más que la ayuda oficial al desarrollo recibida por dichos países.

Por otro lado, la cooperación al desarrollo también puede contribuir a la inmigración. La cooperación internacional y la ayuda al desarrollo son, igual que la inmigración, relaciones entre países. Por ejemplo, algunos estudios encuentran una correlación entre el número de inmigrantes de una nacionalidad en Estados Unidos y el número de misiones religiosas y bases militares norteamericanas en los países de origen. Lo mismo cabe esperar probablemente del número de proyectos de cooperación al desarrollo. En otras palabras, los flujos de población forman parte del intercambio de bienes y servicios entre países en sentido amplio, existiendo una influencia mutua entre ambos. El crecimiento económico y el desarrollo coinciden con los desplazamientos de población (internos y externos) en los países en desarrollo.

Como vemos, incluso tomando en consideración la "fuga de cerebros", la inmigración parece tener un impacto positivo sobre el desarrollo. Del mismo modo, la cooperación al desarrollo parece contribuir a la inmigración internacional, en lugar de evitarla. Por eso resulta más razonable reconocer las influencias mutuas de la migración y el desarrollo que proponer la cooperación internacional como una alternativa radical a la existencia de inmigrantes internacionales.

Estas reflexiones han dado lugar al concepto de "codesarrollo", entendido como el conjunto de políticas y estrategias que pretenden optimizar la contribución de los inmigrantes a sus países de origen. El libro Diaspora Phylantropy and Equitable Development in China and India es un buen ejemplo de esta visión sistémica de los lazos entre las comunidades inmigradas y sus países de origen (...)".

La referencia de la reseña (ligeramente más amplia) es la siguiente:

Maya Jariego, I. (2006). Boof Review of Diaspora Philanthropy and Equitable Development in China and India by P. Geithner, P. Johnson & L. Chen. Voluntas: International Journal of Voluntary and Nonprofit Organizations, 17 (4), 376-377.

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